Cupcakes de helado de fresa con topping de carbón de azúcar

Cupcakes de helado de fresa con topping de carbón de azúcar

• 115 g de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
• 220g de azúcar blanco
• 2 huevos M
• 220g de harina
• 1 cucharadita y media de levadura química (tipo Royal)
• 120 ml de leche semi desnatada
• 4 cucharadas de nesquik de fresa

Precalentamos el horno a 180º (160º si es con ventilador).
Preparamos la bandeja para cupcakes con 12 cápsulas grandes.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que se integren y la mezcla se aclare.
Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo hasta que se incorporen.
Tamizamos la harina con la levadura química.
En un vaso, mezclamos la leche con el nesquik.
Añadimos la mitad de la harina y batimos a velocidad más baja hasta que se incorpore.
A continuación, añadimos la leche con nesquik y volvemos a batir.
Añadimos la otra mitad de la harina y batimos hasta que la mezcla sea homogénea.

Si queremos que tengan un color rosa más intenso, podemos añadir una gota de colorante en pasta rosa.
Repartimos la mezcla en las cápsulas, sin llenarlas más de 2/3.
Horneamos 22-25 minutos o hasta que un palillo salga limpio.
Dejamos enfriar en el molde 5 minutos y después pasamos los cupcakes a una rejilla, hasta que se enfríen por completo.

Buttercream de helado de fresa

• 250 g de mantequilla sin sal
• 400g de icing sugar
• 3 cucharadas de nesquik de fresa
• 60ml de leche semidesnatada

Sacamos la mantequilla de la nevera al menos 4 horas antes de empezar a hacer el buttercream.
Tamizamos el azúcar glas. 

En un vaso, mezclamos el nesquik con la leche hasta que se disuelva bien.
Ponemos en un bol todos los ingredientes.
Comenzamos batiendo a velocidad baja un minuto. Después batimos otros 4-5 minutos a velocidad alta. El buttercream se hará cremoso y totalmente homogéneo. Si queremos que tengan un color rosa más intenso, podemos añadir una gota de colorante en pasta rosa.

Para el topping, metemos nuestro carbón de azúcar en una bolsa, la cubrimos con un trapo y (con cuidado de no machacarnos un dedo), lo golpeamos con un martillo (o si no tenéis uno a mano, pues con el rodillo!!) hasta que se pulverice. Lo echamos por encima de los cupcakes y... ñaaaaaaam!!!